«Establezcase, por tanto, en primer lugar, que debe ser respetada la condicion humana, que no se puede igualar en la sociedad civil lo alto con lo bajo (los socialistas lo pretenden, es verdad, pero todo es vana tentativa contra la naturaleza de las cosas)… Y hay por naturaleza entre los hombres muchas y grandes diferencias, no son iguales los talentos de todos, no la habilidad, ni la salud, ni lo son las fuerzas. Y de la inevitable diferencia de estas cosas brota espontaneamente la diferencia de fortuna (RN 13,1)». Leon XIII (1891)